Un cadáver exquisito
Esa noche
sin embargo llovía
y desde allí, como una estrella
-difusa y
pálida luz-
en medio
del no tiempo
mi corazón
lavé.
Tarde
recibí la noticia,
pero no
pude mas que abrir
grandes los
ojos y dejar de mirar
la lluvia
cartilaginosa
de un león
azul.
La espera
acaricia la soledad
que me
acompaña
y cuando
cierro los ojos
veo una luz muy blanca
en medio
del no tiempo.
Como un
prólogo eterno
vivo porque
vivo
esperando
tu regreso.
Mabel
Lavandeira, Virginia Vázquez Blanco,
Nora,
Andrés Lujilde, Raquel Saporiti, Mabel Wirth,
Teresa
Cartes, Pedro Lischinsky.